

Último beso
Mágicamente en tan solo un instante donde las horas se congelaron, un remolino místico de hojas otoñales revolucionaron aquel lugar. Las delicadas gotas del cielo cayeron y desorientaron todo mi espíritu.
Se condimentó con un abrazo desconocido; exigido, necesario y una simultaneidad de risas que extasiaron a todos los presentes.
una vibra fuera de lo común.
inesperado, como aquello que buscábamos sin saberlo.