
Ayer 28/02 mi cumpleaños número 22. Mezcla de melancolía, con ganas de seguir creciendo más y más, de ver que me espera allá a lo lejos y de saltar la cerca de las distintas etapas de la vida. Linda forma de festejarlo! Placentero y distendido, rodeada de mi gente, estrenando mi primer departamento, comiendo sushi del mejor y combinándolo con cupcakes y macarons para el cierre de la nuit!
Mai god, ni hablar de las charlas! de los gritos, y de notar la transición de las horas por como nos íbamos quedando afónicos! Muchos colores, aromas gourmet, vestidos, piernas al viento, colorete en las mejillas y calor, mucho!! Un lugar deshabitado, pero no. Un espacio que barajaba la escasez de lo cotidiano con la familiaridad del querido hogar: comíamos en el piso sobre mantas tejidas, nos acompañaba un narguile de sabor fresa, y nuestros pies sucios se tambaleaban de un extremo al otro en la pequeña morada.
Cuando los rayos de sol se asomaron a saludarme por mi día feliz, me dediqué al ocio al máximo! Fui a mi analista a llevarle una cupcake y seguir desemenuzando los nudos de mi inconsciente, dormí hasta la tarde, fui a comprar un regalo, pasé por Starbucks, me fui de shopping con mi querido tío Robbi, y regresé a casita para comer pasta casera de la abuela, torta de chocolate y velita colorida para ultimar mi cumple feliz! Agradecida ahora estoy chusmeando los regalos: libros de cocina, un reloj, ropa, una tetera, y otras delicatessens que de a poco iré husmeando más y más.
A descansar y soñar se ha dicho! Adieu.