jueves, 24 de febrero de 2011

Insomnia! fuck you!
No puedo dormir, que feo, son las 4 am y estoy como los búhos en los bosques! Estoy tan acelerada, que hasta empecé a cocinar pop cakes para la noche del domingo. Lo triste de mi campamento nocturno, es que no salieron como esperaba! Quedaron superficialmente feos y terriblemente deliciosos por dentro! Ahora el problema radica, en la primera impresión, tendré que obligar a cada uno a cerrar los párpados y tantear con los demás sentidos!
En fin, también estuve luchando con la maldita fruta bizarra de la india: jengibre. Su forma deforme y chistosa me recuerda a un tubérculo, es feo, y poco atractivo, hasta diría que me provoca cierta impresión; De hecho temía por su toxicidad porque mi querido padre comentó anécdotas de gente intoxicada por este vegetal días antes de decidirme por ir al barrio chino a comprarlo. La cuestión es que me quise hacer la cocorita (diría mi madre cuando alguien se agranda), y me decidí por inventar una bebida exótica. Ilusionada con los resultados, me entretuve agregando otras cosas como un limón viejo que estaba hundido en la huevera desde hacía días (por no decir meses), hebras de té sabor mango, papaya e hibiscus y metí todo a hervir! Que pasó con la degustación? La parte más emocionante de la cocina, el tramo final, el definitorio! Mejor no hablar de ciertas cosas diría una canción. Pues claro que no fue la mejor decisión! El jengibre estaba picante como masticar granos de pimienta y ni reclamarle nada al limón! ácido como mi personalidad, agrio como un pomelo, wacala.
Resultado final de la travesía grastronómica: dosis de insomnio, conclusiones sin sentido, desbaratadas, ronroneos de mi gato obeso que me alteran, nudos en el pelo y cosquilleos en los pies. adieu!